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Recomiendan abordar la contaminación acústica en la salud infantil para prevenir trastornos del neurodesarrollo
Anales del Sistema Sanitario de Navarra Valencia, España 24 Noviembre, 2024

Los altos niveles de molestia por ruido en el hogar puedan guardar relación variable con diferentes problemas en el neurodesarrollo de niños y niñas de 9 años.

El artículo Exposición doméstica al ruido, problemas emocionales y trastorno de déficit de atención e hiperactividad... publicado por la revista Anales del Sistema Sanitario de Navarra * se propone evaluar una cohorte específica de Valencia, España, con el fin de describir:
1) el grado de molestia de las diferentes fuentes de ruido presentes en los hogares de familias,
2) el riesgo de problemas internalizantes, externalizantes y TDAH en una población infantil de 9 años, y
3) estudiar la relación entre el grado de molestia acústica en el domicilio y el riesgo de presentar TDAH y problemas internalizantes y externalizantes, considerando otros factores potencialmente influyentes, como los problemas de sueño.

Efectos nocivos del ruido
El impacto del ruido en la salud y desarrollo infantil está menos estudiado, predominando las investigaciones centradas en la exposición al ruido del tráfico en el entorno escolar respecto a otras fuentes o en el hogar.

Aunque los niveles de ruido del tráfico en la escuela y en los hogares pueden estar correlacionados, se han observado más asociaciones significativas en el hogar que en el colegio entre la exposición al ruido con hiperactividad y con problemas de falta de atención, porque durante la niñez se pasa más tiempo en casa que en la escuela y, además, la exposición nocturna al ruido del tráfico se ha asociado con alteraciones del sueño, tanto en calidad como en cantidad.

El artículo cita la evidencia existente respecto al sueño como tercera variable mediadora en la asociación entre el ruido y el neurodesarrollo infantil puesto que las alteraciones del sueño debidas al ruido nocturno causarían hipotimia, cansancio y peor desempeño de tareas escolar.

Entre los problemas neuropsicológicos asociados al ruido durante la infancia se encuentra el trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH), con una prevalencia de 3,4-5,3% y caracterizado por la inatención, hiperactividad o impulsividad manifestadas en dos o más ambientes y durante seis o más meses.
Otros problemas como los internalizantes (angustia interna, por ejemplo) y externalizantes (irritabilidad, agresividad y ruptura de normas) podrían relacionarse con la exposición al ruido, pese a que los resultados aún no son concluyentes.

Descripción de la investigación
El estudio transversal fue enmarcado en las pautas del Proyecto INMA (Infancia y Medio Ambiente)de cohortes localizadas en diferentes áreas de la geografía española: Asturias, Granada, Gipuzkoa, Menorca, Ribera de l’Ebre, Sabadell y Valencia. Cada cohorte abarca diferentes periodos y tiempos de reclutamiento.
El seguimientoexperimentó ligeras variaciones entre cohortes, pero todas han llevado a cabo los seguimientos principales durante el embarazo, al parto, al año y a los cuatro o cinco años, siete años y nueve años.

En particular, la investigación aquí descripta utiliza información iniciada en 2003 correspondiente a la cohorte de la provincia de Valencia, España compuesta por población infantil de zonas urbanas, metropolitanas, semiurbanas y rurales petenecientes a los antiguos departamentos de salud.

El reclutamiento de mujeres embarazadas se llevó a cabo en el Hospital La Fe  de Valencia, durante la visita prenatal del primer trimestre para la realización del cribado poblacional de malformaciones congénitas.

Resultados manifiestos
La investigación permitió evaluar 427 participantes con mayoría de madres y padres pertenecientes a la clase social más baja, con edades entre 30 y 34 años, de origen español y empleados.

Predominó el nivel de estudios secundarios en madres y primarios en padres. Solo un 15% percibía su economía familiar como difícil o muy difícil, y más del 70% indicaron vivir en el área metropolitana o semiurbana.
Menos del 8%, tanto de madres como de padres, tuvo problemas de salud mental, y más del 17% de las mujeres consumieron tabaco o alcohol durante el embarazo.

La edad promedio de los niños (49,4% niñas) era 9,13 años y la mayoría convivían con su padre y con algún hermano o hermana menor de 16 años. Solo un 5% habían nacido pretérmino o con bajo peso, y casi la mitad lactó durante más de 24 semanas. El 41% presentaban problemas de sueño.

Los trastornos del neurodesarrollo más frecuentes correspondieron a los problemas internalizantes, seguidos de los externalizantes y del TDAH.
Las prevalencias para riesgo alto de TDAH, y externalizantes fueron 1,4%, 18,0%, y 11,7%, respectivamente. Cuando se consideraron las tres categorías de riesgo, los niños presentaron significativamente mayores prevalencias de riesgo que las niñas, especialmente de TDAH (2,3 vs. 0,5%) pero también de problemas internalizantes.

Las fuentes de ruido más habituales referidas por las madres se generaban en la mitad de los casos en el propio domicilio (55,3% por presencia de otros niños y 50,8% por realización de actividades) y en el 24,5% en el inmueble (vecinos), siendo las mismas fuentes que las madres identificaron como causantes de un alto grado de molestia a sus hijos con mayor frecuencia (14,2%, 7,9% y 3,5%, respectivamente).

Los problemas de neurodesarrollo se asociaron  de forma significativa a los problemas de sueño, tanto en general como en niños y en niñas, excepto para los problemas externalizantes en niños.

La frecuencia de riesgo medio/alto de TDAH se cuatriplicó en los participantes con problemas de sueño respecto a los que no los tenían (16,1 vs 4%) y la de problemas internalizantes se duplicó (19,8% vs. 42,0%), mientras que la de externalizantes se multiplicó por 1,6.
No hubo diferencias por sexo, si bien el aumento de problemas internalizantes y externalizantes fue más acusado en niñas que en niños.

Los problemas de sueño predominaron en aquellos participantes con percepción de molestia alta en cada una de las fuentes de ruido, aunque la diferencia solo fue estadísticamente significativa para el ruido causado por otras actividades en la casa o por los vecinos.
El ruido en casa ocasionado por la presencia de otros niños y por actividades se asoció con el riesgo de los tres problemas de neurodesarrollo; el TDAH se asoció también al ruido del tráfico y de vecinos, y los problemas internalizantes al ruido de la gente en la calle.
El ruido ocasionado por otras actividades en la casa y por vecinos se vinculó a los problemas de sueño.

Las autoras observaron una relación entre mayor riesgo (medio/alto) de los problemas de neurodesarrollo estudiados y menor clase social, estudios maternos y paternos más bajos y tener padres desempleados.
Los riesgos aumentaban con la mala percepción de la economía familiar, y correlacionaban positivamente con la mala salud mental de la madre.
Los mayores riesgos de problemas internalizantes fueron vistos en padres con mala salud mental y menor puntuación en el test de inteligencia. El sexo masculino se asoció a más problemas internalizantes, y no haber tenido bajo peso al nacer.

El trabajo ajustó los modelos finales de regresión logística múltiple para la probabilidad de riesgo medio/alto de desarrollar cada problema de neurodesarrollo por el nivel de exposición alto de las fuentes de ruido y por otras covariables.
Respecto del análisis univariante, la alta exposición a las fuentes de ruido que retuvieron la significación estadística en el modelo ajustado para TDH fueron el tráfico en la calle y los vecinos; sin embargo, los problemas internalizantes se verificaron con la presencia de otros niños y diversas actividades en la casa, mientras que solo el ruido de niños en la casa fue predictor independiente para problemas externalizantes.
Al incluir los problemas de sueño en el modelo final los estimadores se mantuvieron en rangos equivalentes al análisis principal, incrementándose ligeramente en el caso de niños en la casa y gente en la calle, y reduciéndose para el resto de las fuentes de ruido.

Antecedentes de la literatura
La prevalencias de riesgo alto de TDAH de los participantes fue inferior a la estimada en la infanc utilizados en el  cuestionario mientras que el metanálisis también incluyó diagnósticos clínicos. Las autoras aclaran que al agregar las categorías de riesgo medio y alto, la prevalencia (9,1%) se aproxima a la estimada por la OMS para esta edad (5-8%).

En cuanto a la prevalencia para problemas internalizantes y externalizantes, un estudio europeo realizado en una población de 6 a12 años, reportó porcentajes de problemas internalizantes y externalizantes del 18,4%, y 7,8%, muy similares a los obtenidos en este estudio.
Otro trabajo europeo realizado en niños y niñas de 6 a11 años obtuvo porcentajes inferiores (3,8% en internalizantes y 8,4% en externalizantes); en este caso, el artículo señala que las diferencias podrían deberse a que las prevalencias se determinaron con un instrumento distinto al empleado en el estudio y a que predominó la participación de población de Europa del Este respecto de la Occidental, lo que implicaría una diferencia en cuanto a poblaciones estudiadas.

El trabajo observó que los hogares ruidosos tenían mayor riesgo de presentar estos trastornos del neurodesarrollo. Respecto al emitido por el tráfico, se lo relacionó con un aumento de riesgo de desarrollar TDAH, coincidiendo ambiente escolar.
No obstante, insisten las autoras, ha quedado comprobado que la asociación adquiere relevancia cuando la exposición es a nivel domiciliario, debido a que implica mayor tiempo de exposición con incrementos nocturnos que pueden acarrear alteraciones del sueño.

Al finalizar, el artículo destaca el elevado número de variables por las que se han ajustado los resultados del estudio y que, además, a diferencia de los anteriores trabajajos, consideró diferentes fuentes de ruido e incluyó la molestia de ruido en el hogar, menos estudiada que la del ámbito escolar.

En conclusión, los hallazgos sugieren una asociación entre la molestia por ruido y el riesgo de problemas en el neurodesarrollo de niños y niñas de 9 años de la cohorte INMA-Valencia que, además, varía según la fuente de ruido.
Altos niveles de exposición a tráfico en la calle y a vecinos predijeron riesgo de TDAH, mientras que otros niños  y actividades en la casa predijeron riesgo de problemas internalizantes; la sola presencia de niños en casa anticipó riesgo de problemas externalizantes. Los efectos no variaron al ajustar por problemas de sueño.

Las autoras proponen más investigaciones que consoliden las evidencias por ellos registradas, utilizando como variables principales tanto la exposición al ruido como las molestias que ocasiona.
Los resultados de la investigación refuerzan el papel perjudicial de la contaminación acústica sobre la salud infantil, lo que indica la necesidad de actuar en pro de la prevención de trastornos del neurodesarrollo.

 

* Anales del Sistema Sanitario de Navarra
Exposición doméstica al ruido, problemas emocionales y trastorno de déficit de atención e hiperactividad en escolares de 9 años
Irene Alfanjarín, Marisa Rebagliato, Marisa Estarlich, Amparo Cases, Sabrina Llop, María-Jose López-Espinosa, Lúcia González
7 de octubre, 2024

https://dx.doi.org/10.23938/assn.1079 

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