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Instan a profundizar el diagnóstico temprano y el manejo adecuado de la EPOC
Chronic Obstructive Pulmonary Diseases San Antonio, Texas, EE.UU. 16 Octubre, 2025

La enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC) afecta a cientos de millones de personas en todo el mundo; sin embargo, a pesar del impacto y la disponibilidad de procedimientos consolidados, innumerables pacientes carecen de diagnóstico en las primeras etapas de la enfermedad, situación que acarrea resultados desfavorables en el devenir de la afección.

La revisión publicada en la revista Chronic Obstructive Pulmonary Diseases * procura la participación activa de los pacientes con EPOC, tanto en la atención que reciben como en su colaboración con los profesionales sanitarios.  

El manejo de la EPOC, caracterizada por síntomas respiratorios atribuibles a anomalías persistentes de las vías respiratorias debe abordarse tanto desde la perspectiva del paciente como del profesional sanitario.
La EPOC no es reversible sino progresiva, los daños pulmonares que ocasiona empeoran por obstrucción del flujo aéreo irreversible o parcialmente reversible.
Suele presentarse con enfermedades cardiovasculares, trastornos musculoesqueléticos, trastornos metabólicos, osteoporosis, ansiedad, depresión y cáncer de pulmón. A nivel mundial, la EPOC es la cuarta causa principal de muerte y la octava de mala salud. En 2020, 480 millones (el 10,6 %) de las personas mayores de 25 años la padecían, cifra que al proyectarse alcanzará alrededor de 600 millones para 2050. 

Espirometría insuficiente
La prueba de espirometría representa se considera el método de referencia para diagnosticar la EPOC; la medición de la cantidad y velocidad de exhalación del paciente, es crucial para diagnosticar la enfermedad, determinar su gravedad, monitorizar su progresión, evaluar la eficacia de tratamientos como los broncodilatadores y predecir el riesgo de complicaciones futuras.
Pese a la eficacia de la espirometría, dos amplios estudios de EE.UU. muestran el reducido porcentaje de pacientes diagnosticados que se sometieron a una espirometría 32 % al 36,7 %, mientras que un ensayo europeo revela que solo el 67,6 % de los pacientes con EPOC habían sido evaluados con espirometría con anterioridad al diagnóstico médico. Es decir, el uso inadecuado de la espirometría sigue desempeñando un papel importante en el diagnóstico errado de la EPOC.

Farmacoterapia acotada
El estudio remarca como obstáculo importante la falta de aplicación a las directrices de los profesionales de atención primaria, habituales receptores de los pacientes con EPOC. Entre las causas, destacan la escasez de tiempo de las consultas, factor que les impide una explicación exhaustiva de la enfermedad con su plan de tratamiento y la confusión reinante en cuanto a la cantidad de inhaladores disponibles. Además, los altos costos y las complejas normas para adquirir medicamentos influyen en la discontinuidad del tratamiento, en algunos casos iniciados con muestras gratuitas, pero abandonado cuando descubren que el seguro médico o el Estado no cubren el costo total.

La farmacoterapia administrada de manera correcta reduce tanto los síntomas como las posibles exacerbaciones de la EPOC. Sin embargo, la evidencia clínica reciente demostró que la mayoría de los pacientes en el diagnóstico inicial no son prescriptos con terapia farmacológica de mantenimiento, limitación que agravaría los síntomas y aumentaría las exacerbaciones.

Barreras sanitarias y sociales
Las barreras relacionadas con el sistema de atención de salud incluyen demoras en el diagnóstico de la EPOC y en el inicio o intensificación del tratamiento, escaso conocimiento del abordaje clínico por parte de los proveedores de salud, falta de una relación positiva médico-paciente, ausencia de infraestructura integrada para el manejo de la enfermedad, problemas de cobertura asistencial y subdiagnóstico.

La comprensión del paciente es fundamental en el tratamiento de la EPOC. Es probable que no comprendan del todo la enfermedad, su naturaleza crónica o el propósito de la terapia de mantenimiento cuyo resultado no proporciona alivio inmediato como el inhalador de rescate.
Los autores consideran que la importante brecha de comunicación influye en la subestimación de la enfermedad y la gravedad de sus síntomas.

Las barreras para la atención abarcan el bajo nivel socioeconómico, el apoyo familiar y social inadecuado y la renuencia a participar de manera comprometida en el control de la EPOC.

Los regímenes complejos de inhaladores con múltiples dosis pueden provocar falta de adherencia, al igual que el simple olvido de tomar la medicación. Debido al costo y el abuso de ella durante un brote, algunos pacientes pueden omitir la medicación cuando se sienten bien; el comportamiento inconsistente también conduce a un tratamiento insuficiente.

La capacidad de las personas susceptibles a la EPOC para reconocer los síntomas durante las primeras etapas de la enfermedad es uno de los criterios clave para el diagnóstico temprano y el mantenimiento exitoso.

El diagnóstico tardío de la EPOC sintomática implicará significativos resultados peores, aunque no se pierdan por completo la totalidad de los beneficios potenciales para la salud. Los pacientes con diagnóstico tardío presentan una mayor tasa de exacerbaciones y un menor intervalo de tiempo entre episodios.
El diagnóstico tardío también se relaciona con  mayor uso de recursos sanitarios, peor calidad de vida y menos tiempo para intervenciones proactivas, como el apoyo para dejar de fumar y la educación del paciente, pérdidas  que afectarían el freno a la progresión de la enfermedad.

Conclusiones 
La calidad de vida del paciente afectado por EPOC se ve restringida en sus actividades diarias, en la reducción de la condición física, el aislamiento social y la angustia emocional. En consecuencia, para los autores, el diagnóstico temprano y el manejo adecuado de la EPOC son fundamentales.
Las complejidades y la heterogeneidad de la EPOC, tornan imperioso transformar la relación paciente-médico en una colaboración crucial para desarrollar objetivos de atención médica tangibles y realistas. Esto implica comprender y contextualizar las ideas, preocupaciones y expectativas de los pacientes, junto con sus circunstancias físicas, sociales y psicológicas.
Los médicos de atención primaria por lo general constituyen el punto de contacto inicial con el sistema sanitario y quienes reciben y atienden por años a los pacientes con enfermedades crónicas, la EPOC entre ellas. Por lo tanto, deben conocer las guías basadas en la evidencia para el diagnóstico y el manejo de la enfermedad, como asimismo participar en la evaluación de los cambios de comportamiento operados en los pacientes.
Las estrategias basadas en la evidencia y adaptadas a cada individuo son esenciales para mejorar y optimizar el tratamiento; en este sentido, el enfoque colaborativo, la atención centrada en el paciente y la educación continua son factores claves para mejorar el manejo de la EPOC y sus resultados en quienes la padecen.


* Chronic Obstructive Pulmonary Diseases
Challenges and Opportunities for the Management of COPD: A Narrative Review of Patient and Health Care Professional Perspectives
Antonio Anzueto1, Haley Hoy2, Caroline Gainer
3
2025; 12(4)
doi: http://doi.org/10.15326/jcopdf.2024.0597

Filiación de los autores:
1- South Texas Veterans Healthcare System, University of Texas Health, San Antonio, Texas, EE.UU.
2- College of Nursing, University of Alabama, Huntsville, Alabama, EE.UU.
3- COPD Foundation, Miami, Florida, EE.UU.

 

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